Para ofrecer la posibilidad de emancipación hay que crear empleo. Pero aún así es fundamental regular y acabar con los desproporcionados precios del alquiler en Ceuta que proporcione una oportunidad a la juventud ceutí, a parte, de recuperar el terreno militar para la construcción de viviendas de protección oficial.
- Plan Juvenil de Vivienda ofreciendo 100 viviendas anuales para jóvenes en régimen de alquiler de no más de 150 euros mensuales.
- Cupo del 30% de viviendas de protección oficial para jóvenes.
- Transparencia y claridad en la adjudicación de viviendas por parte de EMVICESA. Publicación continúa de todos los trámites.
- Todo suelo público, cedido o expropiado, destinado para la construcción de viviendas.
- Cesión de suelo municipal para la construcción de viviendas en régimen de cooperativas para jóvenes.
- Máxima bonificación posible en las tasas administrativas de todos los trámites en la adquisición de viviendas por parte de jóvenes.
- Luchar contra la infravivienda, exigiendo que se cumpla la normativa de consumo. La vivienda, por encima de todo, es un bien de consumo y quizá el más importante. Las inspecciones y peritajes públicos se deberían establecer mediante convenios con organizaciones de consumidores y usuarios. Habría que reajustar la normativa por responsabilidad, vicios ocultos, condiciones de habitabilidad…, en especial a las viviendas de segunda mano.
- Potenciar la puesta en uso de las viviendas vacías, mediante políticas de acción positiva, como las ayudas a la rehabilitación, y medidas sancionadoras, a través de una fiscalidad que grave el mantenimiento de viviendas en desuso y que incentive su salida al mercado, preferentemente de alquiler. Recordemos la función social de la propiedad; si la vivienda es un bien escaso y un bien necesario, no se debe permitir especular.
- Promover la creación de censos de vivienda vacía en la ciudad.
- Creación de avales con fondos públicos para la compra de vivienda, destinados a cubrir el porcentaje que no garantiza la hipoteca. Es una iniciativa bastante segura y con alto grado de fiabilidad, pues el riesgo de morosidad en estas ocasiones es mínimo ya que a nadie le interesa dejar de pagar su hipoteca ante la inminente ejecución de la misma. Esta intermediación pública evitaría que la entidad financiera desconfíe de la solvencia del joven.
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